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¿Qué es el Open Banking?

Uno de los términos que en el mundo financiero y tecnológico ha ido ganando un protagonismo cada vez mayor en los últimos años es sin duda el Open Banking. Su origen data del año 2005 y fue promovido por Henry Chesbrough dentro de la idea de innovación abierta que fomenta los cambios en la propiedad de los datos de los usuarios y consumidores.
Detrás también ha estado el movimiento Open Data, que aboga por que ciertos tipos de datos estén disponibles sin restricciones de ningún tipo, ni de mecanismo de control ni por el copyright. Gracias a esto nació el open banking como la forma de hacer disponibles los datos financieros de los clientes a terceras empresas o personas para, que de esta forma, los clientes tuvieran un mayor control de sus datos así como para que consigan un mayor beneficio por los mismos.
En la actualidad el open banking es posible gracias a irrupción de apis bancarias que ofrecen banking as a service además de por los cambios regulatorios que se comenzaron a gestar en la Unión Europea en el año 2015 y que se ha traducido en una nueva directiva sobre pagos financieros, la conocida como directiva PSD2.

La importancia de la implementación de la directiva europea PSD2
La directiva PSD2 se aprobó en el año 2015 pero pasó a aplicarse a partir del 13 de enero de 2018 con un periodo de adaptación que llega hasta mediados de 2019. Esta regulación no tiene otro objetivo que no sea la de crear un mercado único de pagos para toda la Unión Europea promoviendo la competencia entre empresas, la eficiencia y la apuesta por la innovación en todo el territorio europeo.
Desde su entrada en vigor se ha podido comprobar cómo los bancos han tenido que adaptarse a este nuevo marco de competencia y han tenido que cambiar sus servicios, infraestructuras e incluso su propio modelo de negocio tradicional. Los clientes bancarios ahora tienen un mayor poder sobre sus datos financieros y bancarios y pueden utilizarlos para conseguir condiciones más ventajosas en otras empresas.
Los bancos se ven obligados a compartir los datos de las transacciones de los clientes con otras empresas haciendo que la información sea mucho más abierta. En este proceso juegan un papel fundamental las APIs financieras, ya que sirven de vehículo para que el software de una empresa tenga acceso a la información de los usuarios en otra empresa. Gracias a esto se incrementa la competitividad entre entidades y el usuario se beneficia al recibir ofertas personalizadas y más ventajosas.

Otros beneficios del Open Banking para el ciudadano europeo
El Open Banking está trayendo consigo numerosos beneficios para los ciudadanos de la Unión Europea, incluso más de los que a priori cabía esperar. Por ejemplo, en la actualidad es posible que un usuario autorice a un comercio a realizar pagos online en su nombre sin tener que pasar por otros intermediarios. Gracias a esto el pago y el comercio se sincronizan de manera directa a través del uso de una API.
También es importante destacar beneficios relacionados con el mayor número de opciones que los usuarios tienen en relación con su dinero y sus ahorros. Ahora tienen mayor conocimiento sobre sus datos financieros, lo que le permite gestionar de forma más inteligente su dinero, sus pagos o los préstamos que tenga en vigor.
Otro aspecto que quizá pasa algo desapercibido pero que resulta muy interesante es el abaratamiento en los servicios de contabilidad, algo que beneficia tanto a las empresas como a los consumidores. Esto es posible gracias a los sistemas integrados que monitorean y actualizan de forma automática cualquier envío o recibo de dinero que tengan los clientes en sus cuentas bancarias. De esta manera es posible reducir a la mínima expresión las tasas de preparación de la contabilidad, algo que a medio y largo plazo puede suponer un ahorro muy interesante a tener en cuenta.
Como se puede apreciar son muchas las ventajas que los servicios de Open Banking están trayendo consigo a través de las APIs. Usuarios y empresas se beneficiarán de los datos que originan en las entidades bancarias al poder otras empresas solicitarlos para realizar propuestas comerciales que resulten más ventajosas. En resumen, un paso adelante en la tecnología que dará un vuelco radical en el sector bancario en los próximos años.