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Diario YA


 

¿Cómo afrontar la compra de un coche nuevo?

La adquisición de un vehículo nuevo es una de las compras más importantes, en cuanto a desembolso económico, que pueden hacerse. Por ello, es necesario pensar muy bien cómo se va a afrontar ese gasto. En función del poder adquisitivo de cada comprador, existen distintas opciones para abonar el vehículo que van desde el pago al contado hasta los préstamos rápidos.

Formas de pagar un vehículo nuevo

Para abonar un coche nuevo, lo primero que debe tenerse en cuenta son los ingresos que se reciben de manera regular. De esta forma, se evita un gasto excesivo que puede llevar a sufrir apuros económicos. A partir de ese dato, las principales maneras de abonar el vehículo son las que se mencionan a continuación.

Pago al contado

Es la forma más rápida y sencilla de pagar el coche. Sin embargo, no todo el mundo puede permitirse un desembolso de dinero tan importante. Y, aunque se disponga de ese capital, es posible que al comprador no le interese desprenderse de tanta cuantía monetaria. Esto puede deberse a motivos financieros e incluso fiscales. En tal caso, lo mejor es recurrir a la segunda fórmula.

Pago a plazos

La mayoría de las personas financia su coche para ir pagando cómodos plazos que no le supongan desprenderse de tanto dinero de una sola vez. No obstante, a la hora de contratar ese pago aplazado, puede acogerse a distintas fórmulas.

1.- Financiación a través de la propia marca

La mayoría de los fabricantes de vehículos tiene su propia financiera que se encarga de ofrecer pagos aplazados a quienes compran sus coches. Sin embargo, hay que ser cuidadoso porque muchas veces esta financiación tiene un interés más elevado del que ofrecen otras entidades crediticias.

2.- Préstamo personal
Probablemente sea la fórmula que utilizan la mayoría de los compradores de coches nuevos. A su vez, estos créditos pueden obtenerse en un banco o en una entidad de financiación. Normalmente, este último tipo de empresas pide menos requisitos a la hora de facilitar el préstamo, lo cual supone ahorro de tiempo y de trámites. Pero también puede solicitarse un crédito rápido, que simplifica más aún esos trámites, mirando siempre el tipo de interés.

3.- El renting o el leasing

Hasta no hace mucho tiempo, estas operaciones solamente estaban al alcance de empresas y trabajadores autónomos. Sin embargo, cada vez son más las entidades que se han abierto al mercado particular. No son exactamente lo mismo, pero ambas fórmulas consisten en que el comprador alquila el vehículo por un tiempo determinado que se pacta en el contrato. A cambio, solo tiene que abonar una cuota mensual en la que están incluidos todos los gastos del propio vehículo tales como seguro, viñeta o mantenimientos. Por último, al finalizar el contrato, tiene dos opciones: quedarse con el coche pagando una cuota residual o devolverlo y hacer un nuevo renting.

En conclusión, estas son las fórmulas más habituales a la hora de comprar un vehículo. Todas son válidas. Decidirse por una u otra de ellas depende de las circunstancias de cada uno.