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12 de marzo: la canonización de cuatro españoles

Fidel García Martínez. El 12 de marzo de 2022 se celebra en España y en la Iglesia Católica universal un acontecimiento singular con grandes repercusiones durante siglos: la canonización de cuatro españoles que han dejado una huella profunda en todo el mundo por su magna obra, no solo religiosa, sino cultural en su más noble sentido. Estos gigantes de la espiritualidad católica son Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia, Reformadora de Carmelo en los tiempos confusos del luteranismo protestante, la gran escritora mas admirable de las letras españolas. San Ignacio de Loyola, fundador de la  Compañía de Jesús, una de las instituciones mas relevantes de la Iglesia Católica y el genial autor de los Ejercicios Espirituales, práctica ascético-mística que han configurado  una nueva forma de espiritualidad. San Francisco Javier, compañero de San Ignacio y Patrono de las Misiones Católicas: el primer occidental que abrió  Japón y China a Occidente al mensaje evangélico. El otro español que fue canonizado aquel  año fue un humilde labrador San Isidro,  a quien Madrid siempre ha reconocido  como su patrono celestial más admirable.  La Bula por la que el Papa Gregorio XVI, porclamaba en 12 de marzo de 1622 santos de la Iglesia   a estos españoles universales afirmaba referido a Santa Teresa:  “Para  Honra y Gloria de Dios, de la Indiviuda Trinidad, exaltación  de la Fe Católica por la autoridad y omnipotencia del Misericordioso Dios y Padre, Hijo y Espíritu Santo (…) determinamos, jusgamos y definimos la bienaventurada  Teresa Virgen de gloriosa memoria, nacida en Ávila, de cuya santidad, candidez de ánimo y demas excelencias, milagros y virtudes, de las cuales  bastatemente Nos consta: ES SANTA GLORIOSA Y ALABADA. Por lo cual sentimos y estatuimos y definimos y determinamos que se deben pornar a asenstar y numerar en el Catálogo y número de las  santas vírgines.
Hasta  la proclamación de la santidad de Santa Teresa, el proceso previo y necesario de beatificación fue largo y muy intenso como se comprueba  por las solemnes fiestas que se cele- braron en toda España.  Innumerables certámenes  artísticos  y culturales  se convocaron.  especial resonancia los de Madrid;  participaron los más grandes autores:. Lope de Vega recitó un célebre discurso de apertura, con un poema de 500 versos. Cervantes compuso dos poemas: el primero comenzaba con versos solemnes  parafraseando a  Garcilaso de la Vega: El dulce lamentar de dos pastores, que Cervantes transformó  a la divino: El dulce requebrar de dos amantes/ Cristo y Teresa de la tierra  aquesta/ aquel de olimpias moradas/ mi ruda musa está cantar dispuesta/.  En este ambiente  festivo se proclamó  a la Madre Teresa, como  patrona y abogada de España, después del Apóstol Santiago. Patronato que fue confirmado por las Cortes de la Nación el 30 de noviembre de 1617. Confirmado  diez años después por Urbano VIII cuando había sido CANONIZADA.

 

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