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Diario YA


 

Armas de mujer

José Luis Jiménez. 20 de Septiembre.

La Decente

Autor: Miguel Mihura. Dirección: Mara Racatero y Gustavo Pérez Puig. Decorados: Gil Parrondo. Intérpretes: Victoria Vera, Manuel Galiana, Ana María Vidal, Juan Calot, Andrés Arenas y Antonia Paso.Teatro Prícipe Gran Via (Madrid)
 
Gustavo Pérez Puig tiene una obsesión, bendita obsesión, la de reponer obras, en algunos momentos se podría decir que rescatar, de algunos de los autores españoles contemporáneos más destacados. En este caso, Miguel Mihura. Lo hizo en su larga estancia en el Teatro Español, y desde su salida, en teatros privados, asumiendo la producción. Y, albricias, con resultados magníficos en la respuesta del público, con largas estancias en las carteleras.
 
Para ello, parte de varias premisas. La primera, elección de autor y obra. Pocos se hubiesen decidido a seguir esa trayectoria. Elenco actoral, de muy buena altura. Presentación de gran calidad, tanto en los decorados como en el vestuario. Y finalmente, pero primordial, la dirección de la obra escogida. En este caso, "La Decente", formando tándem con Mara Recatero. Y se reparten, ese al menos es mi punto de vista, las tareas. Interiorizar el personaje, Mara. Actuación formal, Gustavo. Pero ambas cosas indefectiblemente unidas.
 
Hay una nota en el programa que dice: "La acción transcurre en Madrid 1967, cuando todavía no existía el divorcio en España". Creo que el discurso que Mihura transmite está por encima de esa circunstancia. Quizás pueda ser un elemento formal de la situación, y así lo pone en boca de la protagonista, Nuria. Pero, en definitiva, es un formulismo. La utilización del arma de seducción femenina para conseguir sus fines es intemporal.
 
Y aquí entramos en el entramado de la obra, que no voy a desvelar. ¿Se puede considerar perteneciente al "teatro del absurdo"?. Creo que no, lo apunta, pero no entra de lleno en él. Es un dominador fantástico de los diálogos. Ingeniosos, chispeantes y llenos de sentido del ritmo, que tienen que ir acompasados con la respuesta de los actores para conseguir unos resultados satisfactorios que en el escenario del Príncipe Gran Vía se consiguen plenamente. Y esto unido a las sorpresas que el texto nos va ofreciendo, y que permiten que la función no decaiga en ningún momento, todo lo contrario.
 
Victoria Vera, que luce un vestuario de Elio Berhanyer, se encarga de demostrarnos que es una gran actriz. Presencia física perfectamente adecuada al personaje.Y, lo que es más importante, utiliza sus armas actorales para seducir a Roberto y a los espectadores. Conjuga perfectamente, siempre con una dicción muy buena, los diferentes matices que se requieren. Desde la seducción provocadora hasta la ingenuidad, sin que falten sus momentos de energica exposición. Manuel Galiana encarna perfectamente lo que Mihura marca, ¿sería una radiografia de sí mismo?. Indolencia y apatía, pero firme en sus convicciones de que la mujer forma parte de su vida. Galiana confirma, una vez más, que la categoría profesional se demuestra en papeles de comedia, como es este caso, y en los dramáticos, con numerosos ejemplos en su carrera, soberbio. Ana María Vidal, que tantas buenas tardes nos ha hecho pasar, encarna al ama de llaves que cuida de Roberto, pero con sorpresas. Muy bien, al igual que Juan Calot. Andrès Arenas y Antonia Paso cumplen en su cometido.  
 

 

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