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Diario YA


 

no es arte todo lo que reluce

Cuando uno se encuentra con dos Gaugin en la cocina

Jorge Llopis Planas. Esto del arte es lo que tiene. En mi profesión como Perito Tasador de Arte es bastante común que se pongan en contacto conmigo con situaciones como las que enuncio estas líneas “Oiga, es que acabamos de encontrar un LO QUE SEA en el desván”. Sinceramente empiezo a temblar.

Esta profesión mía tiene mucho de lógica y pocas sorpresas contrariamente a lo que se ha pretendido reflejar muchas veces en novelas, películas y medios de comunicación.

Un pintor importante es y era importante ya cuando trabajaba. Un pintor anterior al Impresionismo era un profesional que estaba agremiado y reconocido por las Academias. Es decir eran pocos y su trabajo costaba un dinero, poco o mucho, pero ya se pagaba por él. En el caso de nuestra Piel de Toro, las obras o artistas que se “encuentran” habitualmente es en sótanos, desvanes, carboneras, gallineros, casetas del perro y demás habitáculos o estancias que hace ya décadas no existen porque las grandes casas han ido desapareciendo o se han convertido en hoteles con encanto (o menos encanto si son hoteles rurales), o simplemente porque las han demolido, son los anteriores al siglo XX. Curiosamente Goya, Murillo, Velázquez o Pachecos, etc. Es decir casualmente los grandes maestros.

Son obras que teóricamente han resistido y superado elementos tan destructivos como humedad, lluvia, polvo, cacas de gallina y roturas, además de registros durante guerras civiles (7 que yo recuerde), desamortizaciones (6) y saqueos “Ilustrados”, ósea franceses, además de inundaciones, incendios y golpes…Pero oiga, cuando debo verificarlas, me encuentro con obras en perfecto estado. Por lo visto nuestros pintores tenían una evidente intención de crear piezas indestructibles y así perpetuar su obra. La otra pregunta que me hago es porqué la pintura de un gran maestro estaba en el sótano, desván, carbonera, gallinero o la caseta del perro. De acuerdo que a lo mejor no gustase, pero de ahí a relegarla al olvido…Raro, raro.

Otra cuestión es el extranjero. Hace unos meses se descubre que un ancianito alemán tenía en sus pisito de Munich y en una casita en la frontera con Austria, 1.280 piezas y hace dos semanas un italiano en su cocina 2 más. El caso no pasaría de anécdota “acumulacionista” en el primero y en el segundo, una clara intención de embellecer la estancia., pero claro cuando hablamos de obras de Picasso, y Renoir, Max Ersnt, Chagall entre otros y de Gaugín en el caso de la cocina, la “cosa” es más sospechosa.

En este caso estos autores, aunque más bohemios tuvieron una clara conciencia del valor de sus obras y sus marchantes, todavía más, por lo que el manido argumento de las “obras inéditas”, debemos emplearlo con extrema prudencia.

Desde los años 50 es habitual y ya advierto que este tipo de descubrimientos se convierten en cíclica Pandemia artística. Es decir van a salir muchos más ¿Es posible?. Hombre, tengan en cuenta que el expolio nazi fue importante. Incalculable. Entre museos y colecciones privadas hay autores que aseguran 20.000 y otros casi 200.000. Además les recuerdo que los rusos a su vez expoliaron a los alemanes en concepto de botín de guerra, los americanos se llevaron lo suyo y de los franceses mejor ni hablar, ya que estos expoliaron a sus vecinos judíos cuando les denunciaban a la Gestapo en la Francia de Petain…

La pregunta que yo haría es: “Bien, me creo que su abuelo tuviese estas piezas. Ahora bien, para tenerlas sin ser un coleccionista reconocido, sólo hay una de dos: o fue “alguien” importante en el proceso de expolio o bien las consiguió de manera, digamos poco clara…” Recuerdo, que hace años y fruto del proceso de desnazificación, no había alemán ni austriaco que se preciase (y tengo ex cuñados, amigos de la familia, etc.) que no renegase del asunto. Nadie sabía nada, nadie era nazi, nadie colaboró con el régimen ¡Faltaría más!. Con los franceses igual:  Nadie colaboró, nadie denuncio a sus vecinos judíos y cobró recompensa por ello. En fin que lo de los templarios y albigenses fue un juego de niños.

Otra fuente de felices descubrimientos son los rastrillos, mercadillos, sales garage y demás. Tampoco

Desde pequeñito, mi padre me enseñó que anticuarios y sus “colegas menores” (chamarileros, almonedas y brocanters) están en el negocio por algo. Tienen muy “educado” el ojo y saben. Saben mucho. Años de profesión y experiencia . En el caso de los profesionales de la etnia romaní no se engañen (con todo mi respeto gitanos de toda la vida), Parece que esta cualidad y conocimiento se transmite genéticamente, y sin estudios o formación especifica en muchos casos, conocen perfectamente cuando una pieza es o no es buena.  De hecho, conozco a uno que es asesor de un museo en Valencia…

¿Ustedes creen que no van a saber lo que venden?

In Memoriam Cornelius Gurlit (1933-2014)

Jorge Llopis Planas

Perito Tasador en Arte y Antigüedades
Perito Judicial en Antigüedades
Especialista en Arte y Pintura. Connaisseur d'Art
www.arstasante.com
http://peritotasadordearte.blogspot.com.es/

Presiente del Consejo Español de Peritos Tasadores de Arte y Patrimonio Artístico (CEPTAPA)
 

Etiquetas:culturaJorge Llopis