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Diario YA


 

Tiempos difíciles para España. Regresó el Frente Popular.

El abrazo del oso: amenaza para la economía y freno a la inversión

Miguel Massanet Bosch.

Bien, es posible señores que alguien haya querido ver en lo que está sucediendo en la política española posterior a las elecciones legislativas del día 10 pasado, una ventaja respecto a lo sucedido como consecuencia de los resultados de los anteriores comicios del pasado mes de Abril. Podríamos decir que los días que se invirtieron en inútiles negociaciones, extrañas manipulaciones, secretas entrevistas y nulos resultados no hicieron  sino alargar el sufrimiento de esta pobre España, irreconocible, completamente entregada al desconcierto de políticos y ciudadanos y, sin duda, amenazada de que, todo lo que puedan hacer los futuros gobernantes de este país, ni sirva sino para extremar el distanciamiento entre españoles, alejar a nuestra nación de los principios y métodos que sostienen nuestros colegas de la UE, distanciarnos más, si es que cabe, de los EE.UU de América y entrar en una nueva dinámica, sin duda impulsada por la entrada de los comunistas de Podemos en el futuro gobierno del país que, como ya se han encargado de anunciar los vencedores de los pasados comicios, va a consistir en lo que para ellos será un gobierno “progresista” que, para los que sabemos cómo se las gastan estos señores de las izquierdas y, especialmente, estos discípulos del gran sátrapa venezolano, el dictador señor Maduro, no es más que anunciar el gran despilfarro de los recursos de la nación; el aumento sin control del gasto público; el incremento, imposible de controlar, del déficit público; y el intento de engañar a los ciudadanos, con la firma apresurada de un acuerdo entre socialistas y podemitas, muy apresurado por cierto, de un mini-programa, una mera exposición de intenciones, sin garantía alguna de que se puedan cumplir, en el que se promete tratar cuestiones tan obvias como son: “Consolidar el crecimiento y la creación de empleo” (Pues hemos empezado mal ya que los últimos meses no han sido precisamente buenos avales para que nos creamos que esta oferta vaya a ser cumplida); “Lucha contra el cambio climático”, (todos  sabemos que esta tarea no se puede emprender simplemente permitiendo que esta niñata ensoberbecida, la tal Petra, navegue a bordo de una ridícula embarcación a vela, a través del Atlántico, para que pueda asistir, invitada por nuestra ministra Montero, a este evento que se va a celebrar en Madrid sobre el cambio climático, suponiendo que la frágil embarcación no tenga algún percance que le impida llegar a tiempo. Por cierto que estos señores del cambio climático no han conseguido que Europa sea un ejemplo y, entre tanto, se han quedado fuera a los EE.UU, la China y otras naciones que son, precisamente, los principales productores de los gases que amenazan con acabar con la vida en la Tierra. “Políticas feministas” ¡Todavía más¡ ¿Es que no basta con esta constante, enfermiza, cansina e insoportable campaña  de aquellas que quieren compensar sus años en los que se ocupaban de algo, tan necesario, como es el cuidado del hogar y la educación de los hijos; empeñadas en demostrarnos que todas, sin excepción alguna, deben de estar por encima de los varones para así poder resarcirse de no haber ido a la guerra, de  haber sido respetadas por toda la familia; haber tenido hijos; saber cocinar de maravilla, coser vestidos, tejer la lana o mantener un nivel de moral dentro de la familia capaz de evitar que los hijos vayan, como ocurre ahora, practicando la filosofía relativista que les impulsa a renegar de sus padres y algo normal para las niñatas de hoy, haberse acostado con varios hombres sólo por vicio antes de contraer matrimonio, si es que todavía queda alguien que sigue esta costumbre; no considerar el aborto asesino como un derecho de la mujer o, en fin, no practicar el “aquí te sigo, aquí te pillo”, como un deporte propio de la juventud al que, en otros tiempos, se calificaba como “libertinaje”.
No vamos a seguir  desgranando los diez punto del acuerdo, porque cualquier gobierno que se precie los suscribiría con los ojos cerrados y, de hecho, lo han venido haciendo sin tantos aspavientos y con tan pocas posibilidades de cumplirlos, dado el enfoque, completamente contrario a que la población española pudiera, siguiendo las directrices de comunistas y socialistas, conseguir en manera alguna, llegar a alcanzar alguna de ellas; sino, más bien, todo lo contrario, como ya ha advertido el Banco de España, Bruselas, la CEOE y el FMI, sin que parezca que sus admoniciones hayan tenido el más mínimo efecto sobre nuestras ministras en funciones ( no da la sensación de que lo estén, dada su frenética actividad) la señora Montero y la señora Calviño que, fanatizadas hasta el grado de la obnubilación para poder pensar como es debido, siguen insistiendo en que todo va bien y que estamos en magníficas condiciones para seguir endeudándonos más, gastar todo lo que nos dé la gana en mejoras sociales y, por si fuera poco, merecer al aplauso del resto de la CE que, no lo duden ¡ nos va a felicitar calurosamente, cuando llegue el momento en el que, España, regrese al punto en que el gobierno socialista de Zapatero tiró la toalla y dejó a la derecha española la ingrata tarea de intensar sacar al país de la situación de pre-quiebra en la que lo dejaron!.
Alguien ha dicho que, lo que sucedió el día en el que se escenificó el gran abrazo entre Sánchez e Iglesias, aquella muestra exagerada de reconciliación no fue, en realidad lo que parecía, sino es que tuvieron que apoyarse mutuamente para evitar caerse, tal era la congoja que les embargaba a ambos ante el peligroso trance en el que se encontraban. El primero que convocó elecciones para apabullar a la derecha con un supuesto triunfo aplastante (No olvidemos que su colaborador Tezanos pronosticaba en el CIS ¡menudo planchazo!, una victoria del PSOE de entre 130 y 150 escaños) Perdieron tres y, el chuleta de Pablo Iglesias, el mismo que no dejaba dormir al señor Sánchez, se dejó el prestigio y la vergüenza perdiendo otros diez escaños cuando, en sus primeros comicios, se situó en 72. Ambos estaban a dos pasos de ser defenestrados y ambos decidieron que “de perdidos al agua”. Una reunión rápida, un acuerdo improvisado como el que agarra el salvavidas como último recurso para no ahogarse, y ya tenemos ¡el gran pacto! Entre perdedores va el juego. Pero no lo duden, quienes vamos a perder, de verdad, en todo este caos político, vamos a ser los ciudadanos y, de entre ellos, los más perjudicados seremos los de la clase media, porque nos viene encima ¡la de Dios es Cristo! En forma de una avalancha de impuestos que nos van a llegar, tanto de las modificaciones de los impuestos que ya estamos soportando, sino que se van a crear nuevos, porque es evidente que estos que nos van a gobernar tienen en mente exprimirnos a base de impuestos, con la excusa de que “hay mucha gente necesitada” y, mucho nos tememos que, los que ellos consideran necesitados, no sean más que todos aquellos paniaguados a los que quieren pagar los favores recibidos, entre los cuales, no lo duden , los primeros van a ser ellos mismos que, como ya viene ocurriendo con los nuevos políticos ocupantes de los municipios, las comunidades autónomas y de las diputaciones provinciales, han sido los primeros en no perder tiempo en elevarse sus retribuciones antes de que alguien pudiera adelantárseles.
En realidad, dando por buena aquella expresión que se atribuye a Carl Marx: “La historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa” Podríamos decir que nos encontramos en un caso parecido al que se encontraba Grecia con la subida al poder del señor Psipras, su revolución comunistoide y su petulancia arrogante con la que se enfrentó a la CE, amenazando con no pagar la abultada deuda que amenazaba con hundir a Grecia y pretendiendo que se les aplazara, se les condonara en parte y se les concedieran condiciones más favorables de las que  se habían concedido a otras naciones, que también tuvieron  que ser rescatadas. Pisaron duro y les salió la criada respondona. Ni Varufakis, el ministro de economía ni Psipras consiguieron más que empeorar las cosas de modo que, finalmente, tuvieron que ceder ante las exigencias de Bruselas y se vieron obligados a aceptar condiciones más duras de las que, en un principio, se les habían ofrecido y ellos rechazaron. Quien tenga ojos para mirar que vea y quien tenga oídos para oír que escuche, porque no hace tantos años que ocurrió aquello y es posible que, todo este panorama que nos tienen preparados la entente socialista-comunista que se ha acabado de crear, tenga que pasar por el cedazo de Europa y, es muy posible que, los que han venido confiando erróneamente en las mentiras ( Dalí creó el “gran Masturbador” y Sánchez podríamos decir que se han convertido en “El gran embaucador”) de nuestro presidente en las instancias europeas, acaben por darse cuenta de que, un sujeto que se aviene a formar tándem con los comunistas de la peor calaña, como son los de Podemos, no es persona en la que unos gobiernos que creen en la libertad de mercado, en la propiedad privada y en los métodos capitalistas, puedan aceptar y se encuentren muy a gusto ante un socio que ha introducido a la izquierda extrema en Europa.
Los que han salido ganando en toda esta complicada combinación política han sido, sin duda, los soberanistas catalanes, que se han convertido, otra vez, en “el objeto de deseo” de Sánchez e Iglesias, porque no parece factible que sin la cooperación, al menos la abstención de ERC o los de la antigua Convergencia, sea posible que el señor Sánchez consiga ser investido de nuevo. Sin embargo, no le va a ser fácil porque, así como los del PNV ya le han dicho que le van a apoyar, naturalmente, con otra rebaja sustancial del pago de la cuota vasca; en el caso de los soberanistas, no se trata tanto de compensaciones económicas, algo que en otros tiempos es posible que hubiera bastado, sino en otro tipo de compensaciones, como es el caso del indulto de los condenados por sedición y malversación de caudales públicos o, lo que ya han puesto sobre la  mesa consistente en una reunión, sin condiciones previas, de tú a tú, entre España y Cataluña, en la que se pueda tratar de todo y, cómo no, del derecho de los catalanes a la autodeterminación.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos cuesta pensar qué es lo que, este manipulador de la realidad y embaucador profesional en el campo político, que es Sánchez, va a hacer para conseguir que los catalanes dejen de pedir lo imposible, para que traguen pasar por las Orcas Caudinas y abstenerse si, como es evidente que no le va a ser posible hacer al actual presidente, como sería el autorizarles el hacer una consulta en la que se les permita, a los catalanes, decidir si quieren seguir en España o, por otra parte, no les dé plenas garantías de que, en un futuro próximo se lo va a permitir. Claro que aquí sí que nos encontraríamos en lo que, fácilmente, se podría considerar un “casus belli” que, evidentemente se toparía de lleno con nuestra Constitución y con la gran mayoría de ciudadanos españoles, que no estarían dispuestos a que una cosa semejante se pudiera producir. Puede que el aumento espectacular de los votantes del PP sirva para que el señor Pedro Sánchez, ya no hablo de Pablo Iglesias que lo considero irrecuperable para razonar, se palpe las ropas antes de salirse del ámbito de la Constitución. Y aquí, señores, podríamos decir, de estos aspirantes a gobernarnos, lo que dijo a los troyanos Laocoonte, sacerdote de Neptuno, al que mataron los griegos en la guerra de Troya: “No me fío de los griegos ni cuando hacen regalos”