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El crudo, el IPC y los tipos minan la confianza del consumidor

El pesimismo sobre la evolución del precio del barril de crudo, el Índice de Precios al Consumo (IPC), los tipos de interés, el ahorro y el consumo redujeron en 4,7 puntos la confianza del consumidor en junio, hasta los 51,7 puntos, el nivel más bajo desde el inicio de la serie, en septiembre de 2004, según el indicador difundido hoy por el Instituto de Crédito Oficial (ICC-ICO).

   Según indicó el presidente del ICO, Aurelio Martínez, en una rueda de prensa, es el menor dato desde septiembre porque el ICO no dispone de datos anteriores a ese año, lo que supone un 'hándicap' porque no se pueden comparar los datos con un periodo de desaceleración económica como el actual.

   Así, este indicador ha descendido por cuarto mes consecutivo debido al retroceso de sus dos indicadores parciales, principalmente el que refleja la opinión de los encuestados respecto a la situación actual, que cayó 5,4 puntos por la peor percepción sobre la situación de la economía familiar, así como de la economía española y, en menor medida, del empleo.

   Por su parte, el indicador de expectativas retrocedió 4,1 puntos en junio, lo que demuestra que las expectativas de los consumidores para los próximos meses son mejores que la opinión sobre la evolución reciente, con una diferencia de los indicadores parciales muy cercana al máximo registrado el pasado mes de febrero.

   En comparación con el trimestre anterior, el indicador del segundo trimestre ha disminuido 16,3 puntos, hasta situarse 57,3 puntos, manteniendo así la tendencia decreciente observada desde el tercer trimestre de 2007. En los últimos doce meses, la confianza del consumidor descendió en 41 puntos.

   Según el ICO, el deterioro de la confianza de los consumidores en los últimos meses parece reflejar el actual momento económico de incertidumbre derivado de la crisis financiera y el encarecimiento del precio del crudo, que está traduciéndose en un aumento de los tipos de interés, de la inflación y en un menor dinamismo de la actividad económica.

   Así, este empeoramiento del ánimo del consumidor que refleja el indicador probablemente anticipa que la desaceleración del consumo privado continuará en el próximo trimestre, incidiendo en un menor avance del PIB en dicho periodo.

   El empleo es el indicador que menos retrocede en el mes de junio, mientras que el mayor descenso lo registra el componente de la economía familiar, seguido muy de cerca por el de la economía española.

   Para el presidente del ICO, Aurelio Martínez, la caída la las expectativas sobre la situación del hogar es un dato "muy preocupante" porque pone de manifiesto que las familias españolas empiezan a percibir que su situación está empeorando como consecuencia de la actual coyuntura económica.

   En cuanto a las expectativas sobre precios, tipos, ahorro y consumo duradero, todas han empeorado considerablemente en el mes de junio, ya que han aumentado las expectativas sobre una posible subida del IPC en el futuro, así como de una eventual subida de tipos de interés derivada del incremento del IPC, y un descenso del ahorro y por tanto del consumo de bienes duraderos.

   Además, según Martínez, la correlación entre el crudo y los indicadores de confianza se situó en 0,84 puntos en junio, por lo que el incremento del barril de petróleo explica gran parte del descenso de la confianza y demuestra que el impacto de estos repuntes en la sociedad está siendo "altísimo". En este sentido, aseguró que si los precios no se moderan, el impacto en la confianza seguirá siendo "muy negativo" en el futuro.

   CAE LA CONFIANZA ENTRE LOS JÓVENES

   Asimismo, Martínez destacó que la caída del indicador de confianza se ha centrado de manera "más acusada" en los más jóvenes, el colectivo más optimista hasta el momento, ya que entre el colectivo de entre 16 y 24 años el índice general ha caído 9,3 puntos, debido al descenso de 10 puntos del indicador sobre la situación actual y la de 8,6 puntos del indicador de expectativas.

   Para el presidente del ICO, esto se puede deber a que los jóvenes pueden tener una percepción peor de la situación como consecuencia de la evolución del empleo o por todos aquellos que tengan que hacer frente a una hipoteca y se preocupen por las posibles subidas de los tipos de interés.

   Por tamaño de hábitat, Martínez aseguró que el descenso de la confianza se ha concentrado en los municipios o territorios medianos, de entre 50.000 y 500.000 habitantes, donde el índice registró un descenso de 10,6 puntos en el mes de junio, debido a la caída de 7,5 puntos en el indicador de situación actual y de 3,7 en el de expectativas.

   Por otro lado, Martínez destacó que la bajada del nivel de confianza se concentró en el sexto mes del año en las poblaciones con un PIB per cápita inferior al 80%, de lo que se deduce que las poblaciones con niveles de renta más bajo son las más afectadas por el descenso.

   De cara al futuro, Martínez señaló que "lo lógico" es que este indicador acompañe al ciclo económico, por lo que consideró que "lo más razonable" es que si la  desaceleración persiste en el tiempo, la confianza de los consumidores también continúe disminuyendo.

   "EL GOBIERNO TIENE QUE TRANSMITIR CONFIANZA"

   No obstante, aseguró que una de las principales tareas de un Gobierno ante una coyuntura como la actual es trasmitir confianza a los ciudadanos asegurando que conoce los problemas a los que se enfrenta la economía y que sabe qué medidas hay que poner en marcha para afrontar dichos problemas.

   "La economía es una ciencia social", indicó Martínez, tras insistir en que si la sociedad es optimista gastará y consumirá más, mientras que si es pesimista acentuará la crisis económica porque los ciudadanos se centrarán en el ahorro.

   En cuanto al debate semántico sobre si la economía está en crisis o desaceleración, Martínez afirmó que el término crisis supone un punto de inflexión, por lo que podría decirse que la crisis económica se inició en el primer trimestre de 2007 cuando la economía empezó a crecer menos que en el primero.

   No obstante, puso de manifiesto la importancia de diferenciar el término de crisis del de recesión, que implica dos trimestres consecutivos de crecimientos negativos. Aún así, señaló que si la economía crece al final del año en el entorno del 2% España seguirá creciendo por encima de la media de la UE.

 

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