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los diplomáticos españles en el salvamento de judios

España y los judíos: Los otros Schindler

Santiago Velo de Antelo. En marzo de 1943 el rabí Maurice Perlzweig, miembro del Congreso Judío Mundial, hace entrega de una carta al embajador español en Washington, Juan Cárdenas, donde dice: “En nombre del comité ejecutivo, tenga la amabilidad de expresar al gobierno español nuestra profunda gratitud por el asilo que España ha concedido a los judíos procedentes de los territorios bajo la ocupación militar de Alemania. Estamos doblemente agradecidos por haber concedido permiso a los refugiados para permanecer en España el tiempo necesario”.

Viene esto a colación a raíz de la insistencia de algunos escritores con respecto a la labor el diplomático San Briz en Hungría, que sin lugar a dudas hizo una gran labor. Pero creer que Briz actuaba por su cuenta es infantil. Como lo es el querer ocultar la verdad.

Briz fue uno de los muchos diplomáticos españoles que, siguiendo órdenes del ministerio de Asuntos Exteriores, actuaron de manera eficaz para salvar la vida, se calcula, de unos 60.000 judíos. Quizá fue el más eficaz o el que más libertad tuvo para actuar. 

Pero obviar nombres como los de los diplomáticos Jorge Perlasca en Italia, José Rojas Moreno en Rumania, José Ruiz Santaella en Alemania, Sebastián Romero Radigales en Grecia, Julio Palencia en Bulgaria o Bernardo Riolland en Francia sería de lo más injusto.

El gran historiador Luis Suárez lo expresó a la perfección cuando dijo, en una conferencia organizada por la Casa Sefarad de Israel en España que “pensar que un funcionario, en plena época dura de la dictadura, recién salidos de una guerra civil y en medio de una guerra mundial, podía actuar por su cuenta en un tema tan delicado con Alemania de por medio, es absurdo”.

Estas palabras de Luís Suárez vienen avaladas con la siguiente información. En marzo de 1943, el rabí Maurice Perlzweig, miembro del Congreso Judío Mundial, hace entrega de una carta al embajador español en Washington, Juan Cárdenas, donde dice: “En nombre del comité ejecutivo, tenga la amabilidad de expresar al Gobierno español nuestra profunda gratitud por el asilo que España ha concedido a los judíos procedentes de los territorios bajo la ocupación militar de Alemania. Estamos doblemente agradecidos por haber concedido permiso a los refugiados para permanecer en España el tiempo necesario”.
 
Mientras, el profesor judío Haim Anvi, autor del libro España, Franco y los Judíos, publicado en 1982, relata en el mismo acerca de la “documentación del Ministerio de Asuntos Exteriores donde se describe las operaciones de rescate”. Es lo que vengo a llamar el caso de los otros Schindler. Pero con apoyo de un gobierno como el de Franco. Esto sí que es memoria histórica, que no memoria histérica.
 

NOTA: Adjuntamos documento del Ministerio de Asuntos Exteriores donde relata la salvación de los judios al concederles pasaportes.

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