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Diario YA


 

Maya Plisétskaya: El mito continúa


José Luis Jiménez. 27 de agosto.

El pasado fin de semana ha tenido lugar en los Jardines de Cap Roig (Gerona), uno de los espectáculos de danza más importantes que se han celebrado en España en los últimos tiempos. Y me atrevería a decir que en el mundo de la cultura y espectáculo. Se juntaban dos circunstancias en una. La actuación de un grupo de bailarines, de danza clásica y española, juntos para tributar un homenaje a una de las grandes bailarinas de todos los tiempos, Maya Plsetskaya. Y la presencia, y también actuación, de la gran Maya. Todo esto llevaba el sello del director de la Gala, Ricardo Cué. Tanto por la aportación de los destacadísimos bailarines rusos y españoles, como de la presencia de la Plisétskaya. La amistad entre ambos significa mucho.

El próximo día 20 de noviembre, la diva cumplirá 83 años. Para esas fechas elaboraré un artículo sobre su vida y su obra. Pero ahora un adelanto. Maya nació en 1925, nacionalizada española en 1993. Empezó a bailar a los tres años. En 1934 entró en la Escuela de Danza de Moscú. A los 18 años se graduó en la Escuela Coreográfica del Gran Teatro Bolshoi, donde llegó a ser primera bailarina. Inició sus primeros pasos como profesional interpretando "La muerte del cisne". Precisamente este número es el primero que la vi interpretar en directo. Y jamás lo olvidaré. Fue, hace ya bastantes años, en el Teatro Monumental de Madrid. Me encontraba unas filas delante del palco que ocupaban los Reyes de España. La reina doña Sofía expresó el mismo sentimiento que el resto de los que nos encontrábamos en la sala. Arrebato espiritual y expresión material e, unos aplausos intensísimos, que, en otros, eran atronadoras ovaciones. A la salida, se habían formado dos colas que abrían pasillo a los bailarines hasta llegar al autocar que les esperaba. Para aplaudirles y pedirles autógrafos. Era la primera vez que lo había visto en un espectáculo artístico en España. Posteriormente he tenido la ocasión de verla más veces. Incluso de entrevistarla y fotografiarme con ella. Eso ocurrió en el Palacio de Festivales de Cantabria, en Santander. Forma parte de mis fotos para el recuerdo.

La vida y la obra de Maya Plisétskaya es intensa y apasionante. Una sugerencia. El libro de memorias   "Yo, Maya Plisétskaya", editado en España por Nerea. Se van a encontrar un  relato no solo apasionado. Esclarecedor de muchas cosas, y que pone en primer plano muchas circunstancias de la vida privada y artística de la gran Maya. Se van a encontrar muchas sorpresas. Incluida alguna de sus visitas a nuestro país y a los dos años como directora del Ballet.

Vuelvo a Cap Roig. La gala se cerraba, en su primera y segunda parte, con Maya. En la primera era una proyección de diferentes escenas de danza. Un gozo, La segunda, y como cierre de la misma, su actuación en "Ave Maya". Ésta es una coreografía que la realizó Maurice Bejart, con música de Bach y Goubod, con motivo de su 80 cumpleaños. Ayunque parezca mentira, es la vez que mejor se la ha visto, llena de sentido musical, esencial en su carrera, braceo inigualable y plena concentración en su actuación gestual.

Es de agradecer su presencia varios días en la localidad gerundense, y en eso tuvo mucho que ver Ricardo Cué. Asistió a los ensayos de la gala. Siguió, como siempre, atenta a lo que ofrecen los nuevos valores. Alguno podría copiar. Y luego su actuación. Hizo un alto en el camino de algo muy importante para ella y su marido, el gran compositor Rodión Shchedrín, que hoy estrena en Edimburgo su ópera "El errante encantado", que ha sido acogida con un enorme interés, y que es solicitada en numerosos escenarios del mundo.

El resto de la gala sirvió para comprobar el enorme talento de jóvenes bailarines que ya ocupan lugares destacados en muchos escenarios. Dos parejas del Marinskii de San Petesburgo: Ekaterina Osmolkina, con Andrei Batalov, con Giselle y Don Quijote. Alina Somova y Vladimir Smklyarov, con el Grand passe classique y El Corsario. Y una del Bolshoi de Moscú, Natalia Osipova e Ivan Vasiliev, con "Llamas de París y El pas de deux de Tchaikovsky. Dos estilos que siempre han tenido una impronta importantísima en el desarrollo del ballet en el mundo. Y que, a pesar del acercamiento por aquello de la globalización, mantienen su personalidad. Actuaciones destacadas por parte de todos, aunque la acogida a la Osipova y Vasiliev fue especialmente destacada. Con éste último confirmando que, a pesar de su juventud ya tiene un puesto destacado en este firmamento de estrellas

La parte española corrió a cargo de Lola Greco, que en la primera parte bailó "Goyescas" de Granados, con coreografía de Lola de Ronda. Y en la segunda, en compañía de Francisco Velasco, "Hable con ella", con música de Alberto Iglesias y Vicente Amigo, y coreografía de Ricardo Cué, que fue un éxito atronador. Esta coreografía, que fue estrenada por Lola Greco y Francisco Velasco hace poco tiempo, ya ha recibido los parabienes de crítica y público, y es solicitada para numerosos escenarios de diversas partes del mundo 

 

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