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Diario YA


 

De 19.100 Obras de Arte y Libros (MNE) depositados en los museos franceses, aún se desconoce quienes fueron los dueños de 2.000 de ellas ¿A quien se devolverán? o ¿Tal vez se subastarán?.

RESTITUCIÓN EN FRANCIA DE ARTE EXPOLIADO DESPUÉS DE 80 AÑOS

Jorge Llopis Planas
Perito Judicial de Arte
Historiador de Arte

A bombo y platillo se anuncia por tercera vez en lo que va de siglo la aprobación de la restitución de las obras expoliadas por los nazis en Francia durante la II Guerra Mundial. La primera intentona fue en el año 2000 con Chirac, creándose la “Comisión para la Indemnización de Víctimas de Expoliaciones”. La segunda fue en 2018 bajo el mandato de Macron que anunció puesta en marcha de un servicio llamado “Misión de Restitución” con un presupuesto de 20 millones de euros específicamente para esta medida. Esta devolución se centra en las obras consideradas como MNR, más de 2.100 obras de arte y más de 17.000 libros que están custodiadas en museos e instituciones francesas. A fecha de hoy se desconoce la propiedad de más 2.000 de estas piezas.

No sólo se expolió a los grandes coleccionistas y marchantes de origen judíos, sino a todos los que los colaboracionistas franceses consideraban enemigos del “enemigo-amigo” alemán.

Héctor Feliciano
en su libro “El Museo Desaparecido” calcula que en sólo Francia, se expoliaron más de 100.000 obras. En la postguerra inmediata se localizaron 61.000 piezas y se devolvieron unas 45.000 fundamentalmente procedentes de las grandes colecciones de marchantes y coleccionistas como Rosenberg, Wildestein, Rostchild, Bernheim, David-Weil, Schloss, Khan, entre otros. Fue sencillo: Estaban perfectamente identificadas, catalogadas y fotografiadas por sus propietarios. No obstante, hay que tener en cuenta que no sólo se saqueó a los grandes coleccionistas y marchantes de origen judíos sino a todos los que los colaboracionistas franceses consideraron enemigos del enemigo-amigo alemán. Estas cifras coinciden con las otros autores más recientes como el profesor Miguel Martorell.

El gobierno francés modifico y complicó en 1949 el procedimiento de restitución. Sólo se podría llevar a cabo solo, sí los interesados, reclamaban personalmente en Francia las obras expoliadas en ese país, a un ciudadano francés, familiar directo y que estuvieran registrados en los archivos franceses y que además no eran públicos. Como apunta Feliciano las reclamaciones se pararon en seco y el gobierno finalmente decidió de manera salomónica distribuir estas piezas entre museos nacionales, provinciales y locales de todo el territorio galo en concepto de “Conservación provisional” a la espera que los propietarios iniciasen los procesos de reclamación. Estás obras están catalogadas y etiquetadas como MNR (Musées Nationaux Récupération).

Al gobierno francés hace tiempo que le queman las manos las obras MNR. En los años 90 se descubrió y denunció en los medios que más de la mitad de estas piezas habían “sufrido alteraciones” en su catalogación como cambios de títulos, especificaciones, procedencia, marañas administrativas, duplicidad de registros...¿Se pretendía ampliar gratuitamente las colecciones públicas francesas? ¿Se buscaba despistar o desanimar a los demandantes para evitar o retrasar la devolución? ¿Quizás blanquear las obras como hicieron los museos norteamericanos con piezas similares procedentes de su propio botín de guerra como apunta Kenneth Alford?. Se llegó a plantear incluso la turbia intención de comerciar con ellas o intercambiarlas con obras de otros museos del mundo menos “problemáticas”.

                         Dudo que no se tengan previstas estas circunstancias. Tampoco no dudo que ahora  se estipulen plazos máximos para que una vez cumplido, las obras no reclamadas pasen a ser propiedad del Gobierno francés, incluso subastarlas

Da la impresión que a menos que los solicitantes ya iniciaran estas reclamaciones en los años 70 o 80 se hace difícil comprender como se harán las restituciones ¿A que tipo de heredero y en que grado de parentesco se devolverán? ¿Dónde viven hoy? ¿Viven siquiera? ¿Cómo demostrar que la obra era de sus bisabuelos o antepasados? ¿Qué pruebas documentales de propiedad conservarían los demandantes 80 años después? ¿A que tipo de testimonio recurrirán? ¿Aceptarán la tradición oral histórica de la familia? ¿Qué pasa con las piezas “no identificadas” y que a día de hoy son más de 2.000? ¿Se van a centralizar las devoluciones o será una lucha legal titánica con los museos primero y el estado francés después?. Dudo que la “Ingéniosité administrative des musées françaises» no tenga previstas estas circunstancias. Tampoco no dudaría que ahora se estipulasen plazos máximos para que una vez cumplidos, las obras no reclamadas pasasen a ser propiedad del Gobierno francés o que incluso se llegasen a subastarlas, que sería lo más lógico puesto que no son suyas en realidad.

El asunto recuerda sospechosamente el procedimiento realizado con los fondos basura vendidos a nuestros ancianos en los años 90. Se aceptaron reclamaciones y devoluciones, si, pero perversamente eternas en su judicialización y restitución. Muchos, muchísimos, no llegaron a tiempo de recuperarlas…

Tal vez sólo sea una manera de dar carpetazo a un episodio opaco, lamentable y ruin que no quieren reconocer ya que con los nazis, colaboraron en el expolio miles de franceses que no dudaron en delatar a otros franceses, vecinos, conocidos y amigos, por envidia, codicia o rencor.

 

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