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Diario YA


 

Feijóo quiere revalidar gobierno gallego aprovechando la debilidad del PSOE por la amnistía. ¿Y si no le funciona?

18F: Feijóo se la juega

Luis Losada Pescador

La apuesta de Feijóo de adelantar las elecciones gallegas al 18 de febrero es audaz. Calcula que el PSOE sufre un tremendo desgaste por la amnistía. Pasó de negarla a ‘venderla’ como el bálsamo de Fierabrás de la convivencia. Ahora ya está dispuesto a la agencia tributaria catalana, la verdadera independencia, la financiera…

Negó encuentros con Puigdemont para ahora decir que no tendrá uno sino varios encuentros con el prófugo, el verdadero presidente en la sombra…

Tanta humillación le pasará factura. Al menos ese es el cálculo de los populares. Si acierta y logra revalidar su mayoría absoluta de su delfín, Alfonso Rueda, iniciará un ciclo optimista que seguirá con unas vascas en las que Sánchez tendrá la tentación de pactar con ese partido “progresista y democrático” llamado Bildu (Puente dixit), que además, según el delegado del gobierno en Madrid, ha hecho más por España y por “salvar vidas” que Vox…

La guinda serían las europeas, en donde probablemente el PSOE sufriría el desgaste. Si el ajuste es severo, es probable que el ‘cambiacolchones’ se vea tentado a aceptar un puesto europeo de postín y abandone el barco dejando a los suyos con la brocha en la mano. El último que apague la luz. Es lo que se comenta en los corrillos de Bruselas.

Pero si la operación  del 18F no sale bien, es posible que todo el dominó tampoco camine en la dirección adecuada. Y no es fácil el éxito gallego. Porque los populares necesitan mayoría absoluta. O al menos sumar con Vox. Y lo más probable es que Vox reste más que sumar. Al menos es lo que ha ocurrido hasta ahora.

Los populares ya están lanzando el mensaje de que Vox no debería de concurrir y que si lo hacen y el PP pierde el gobierno, ellos serán los culpables. De nuevo, el mismo error del 23J: confundirse de adversario, que no es Vox, el único posible socio.

Vox tiene legitimidad para presentarse como una formación diferente de quien apuesta por marginar el español en la escuela o por normativas LGTB mucho más agresivas de las que el PP critica a nivel nacional. Si el PP no abrazara el wokismo com entusiasmo como hace en Galicia, probablemente Vox no existiría.

Tampoco es fácil para las izquierdas. El anuncio del temprano 18F ha pillado con el turrón en la boca a todos. Y la comparecencia de Sumar en la aritmética tiene el mismo efecto de Vox: probablemente reste más que sume. Así que uno por otro, el juego empatado. O la gestión aburrida, progre, pero económicamenete razonable del PP o el wokismo en vena y las posibles ocurrencias de las izquierdas socio-comunistas-identitarias. Y desde Galicia, al resto de España.

El anzuelo del pescador

Ya somos Venezuela. Al menos en el número de laudos sin pagar. Empatamos en el record mundial. Pésima imagen para la seguridad jurídica y la capacidad de atracción de inversiones internacionales.

Mea culpa. La Iglesia reconoce 205 casos probados de pederastia, 70 verosímiles, 75 pendientes y 280 no probados. Muchos menos de los que denuncia El País o el Defensor del Pueblo, pero un escándalo igualmente inaceptable.

Feijóo y Sánchez. El gallego preguntará por la entrada en Teléfonica y las reuniones de Ginebra. Además, reiniciará las negociaciones para buscar candidatos de consenso para el CGPJ, que es lo que mandata el Constitucional. La batalla, sin embargo, estará en el relato.

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