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Contracultura: Del Festival de Woodstock al Festival Medusa

Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Todo empezó entre los años 1965 y 1967, años en los que el movimiento psicodélico adquirió un gran impulso gubernamental y culminó con acontecimientos como el Monterey Pop, ensayo con casi medio millón de personas, y el Festival de Woodstock, con 4 millones de personas que habían formado alrededor de ellos 12 km de vehículos.

Con estos llamados " Festivales ", sin saberlo, los jóvenes se convirtieron en víctimas de una experimentación con drogas, planificada y a gran escala, que se distribuían libremente y que perseguían finalmente su desmoralización, desarmarlos de principios y hacerlos manipulables para lo que iba a venir.

Al poco tiempo, más de 50 millones de asistentes, a estos conciertos y en esos años, se convirtieron al regresar a sus casas en mensajeros y promotores de la " nueva cultura " que se llamó New Age o Nueva Era.

Las drogas alucinógenas son psicométricas, es decir, imitan ciertos aspectos de la psicosis y de la esquizofrenia, siendo el resultado final, una alteración total de los sentidos, de la percepción de la realidad, y del sano criterio.

Este tipo de Festivales, a modo de megabacanales, no podía ser prolongado en el tiempo, por insostenible y por no llamar la atención generalizada de la sociedad, y desapareció intencionadamente con rapidez, con la misma rapidez con la que había aparecido.

El LSD pasó de moda, Jimmy Hendrix y Janis Joplin murieron, pero estos festivales dieron lugar a muchos otros más pequeños, dispersos en el tiempo y por el mundo que crearían el mismo efecto distorsionador de la realidad, psicótico y violento en la sociedad... uno de estos " Festivales " es el Medusa de Cullera.

No es mera casualidad que de la misma forma que estos festivales en EE.UU. fueron promovidos por movimientos de izquierdas, socialistas " demócratas " y " progresistas " que buscaban la pérdida de valores en la juventud para un mejor control de la misma, el concepto de " pan y circo ", en la actualidad estos mismos festivales son promovidos por grupos e individuos con la misma intención, siendo el festival de Cullera promovido por el Partido Político Compromís, de ideología de izquierdas, nacionalista, anticristiana y pro LGTB, además de animalista. Este es el partdido que está en el Ayuntamiento de Valencia, en la Generalidad Valenciana con los socialista, y en muchos otros ayuntamientos con Podemos y sus franquicias.

Es fundamental saber esto para poder hacerles frente mediante una acción basada en principios y valores cristianos, los principios que han desarrollado la sociedad de libertades " relativas ", pero razonables, en la que nos encontramos y que nos permite poder vivir nuestra fe y creencias hasta la Vuelta de Cristo.

Nuevamente estos grupos repiten los mismos métodos de antaño: promoción de la inmoralidad, de la sexualidad, de las drogas planteando su legalización, de la música que produce efectos psicóticos y de la " liberación ".

Por cierto, este Partido Compromís, con sus socios socialistas y de Podemos, son los que reniegan del valor de la Iglesia en la sociedad, los que rechazan los Actos públicos en la Catedral de Valencia como el de la Asunción y promueven otros...

La Contracultura nuevamente.

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