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Diario YA


 

Editorial: "Bardem por Merry"

La noticia de que el Ayuntamiento de Sevilla ha decidido poner a una calle el nombre de la presunta actriz Pilar Bardem demuestra hasta qué punto se han perdido los papeles en la política e impera la ley de la demencia colectiva como única ya de obligado cumplimiento para todos.

Al parecer, los desvelos del General Merry Ponce de León por España, especialmente al jugarse la piel en la Guerra de Cuba, no fueron suficientes. Su calle en Sevilla, por decisión del alcalde de la ciudad, ha pasado a llamarse Calle de Pilar Bardem, sin duda en homenaje a los esfuerzos ímprobos que esta señora ha hecho siempre por hacer alguna película decente; lástima que la suerte no la haya acompañado mucho.

Hay que subrayar que Natura es caprichosa, y no regala el talento a todos los nacidos, no. En la cinematográfica familia Bardem, sólo don Juan Antonio (que en paz descanse) aportó al celuloide obras de categoría, al margen de sus ideas políticas o del sesgo ideológico que diera a algunas de sus películas. Sin embargo, ni su hermana ni su sobrino han hecho nunca otra cosa que filmes mediocres en los que siempre se abunda en lo mismo: el burdo exhibicionismo de lo más despreciable de la condición humana y la exaltación de los "valores" de la izquierda política.

Más allá de la consideración de que la citada señora ha tenido a veces comportamientos algo más que indecorosos y maleducados en sus públicas manifestaciones de doctrina rojelia, el cambio de nombre de la calle sevillana es fundamentalmente injusto por la sencilla razón de que mientras el General Merry demostró con su comportamiento heroico el amor que sentía por su patria, la Bardem parece avergonzarse de ella. Pero además, mientras el primero destacó y fue líder en su tarea profesional, la segunda no pasará nunca de la más anodina mediocridad.

Pero ya se sabe: todos los militares son unos fascistas. Al diablo sus desvelos por España, su sangre, su valor y su generosa entrega por los demás. De nada sirvieron su amor a la bandera y el orgullo de llevar el nombre de su patria por todo el mundo. En esta desdichada España de ZP a cualquier militar de prestigio y honor le roba el nombre de la calle cualquier sujetapancartas de vía estrecha, con el "consenso", cómo no, de las "fuerzas progresistas" del consistorio correspondiente. Bien..., vamos bien.

Jueves, 23 de abril de 2009.

Etiquetas:editorial