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Diario YA


 

El más famoso compositor de bandas sonoras cinematográficas de todos los tiempos, nonagenario, anuncia su retirada del cine con una última gran gira por Europa.

Ennio Morricone, la despedida de un gran maestro - 25 bandas sonoras para el recuerdo

José Antonio Bielsa Arbiol. Con 90 años de edad y una dilatada y más que prolífica carrera a sus espaldas, el compositor de algunas de las columnas sonoras más recordadas de la historia del cine, se jubila. ´

    Fenómeno musical sin parangón, Ennio Morricone (Roma, 1928) ilustra como pocos la aplicación del profesional y la inspiración del talento superdotado. Su producción impresiona tanto por su cantidad (el catálogo IMDb registra hasta 522 trabajos suyos, entre películas, telefilmes y series de televisión) como por la evidente calidad de un puñado de títulos que han sobrevivido a la prueba del tiempo, erigiéndose hoy, qué duda cabe, en clásicos de la música cinematográfica: La muerte tenía un precio, El bueno, el feo y el malo, La cosa, Érase una vez en América, La misión o Cinema Paradiso, entre otros, son algunos de sus timbres de gloria.

    Obviamente, en una producción tan copiosa como es la suya, la calidad es muy desigual, con grandes altibajos: las obras maestras inequívocas se alternan con los trabajos mediocres y descoloridos. Pero Morricone no fue un mero destajista al uso, muy al contrario: su ritmo apabullante de composición durante las décadas de 1960 y 1970, algo más reposado en los 80 y los 90, confirmaba ante todo el carácter visionario y experimentador de un camaleón de la música, muy ambicioso y siempre en abierta comunicación con la música seria, a la que contribuyó con varios opúsculos.

    Su estilo, casi siempre reconocible (el “sonido Morricone”), no le iba a impedir aventurarse en todo tipo de tentativas sonoras, y si bien es cierto que en ocasiones se repite y resulta prolijo, nadie podrá negar a Morricone una autoridad musical y una ciencia sonora insólitas en un hombre de cine; mientras laboró en su campo, siempre tuvo algo que decir (musicalmente hablando): efectista en su vertiente más rítmica, sentimental cuando deja aflorar las más pegadizas melodías, naturalmente italiano en cuanto heredero de la gran tradición de Mascagni, Pizzetti y Casella, el maestro Morricone pulsó casi todas las cuerdas del pensamiento musical, con resultados a menudo sorprendentes o, en su defecto, llamativos. Y aunque la utilización de silbidos, gritos, disparos, etc., no era recurso original suyo sino prolongación natural de los previos experimentos de la música futurista y la música concreta, Morricone supo conferirles alma y significado. Pragmático y consecuente, el imprescindible de Sergio Leone intentaba relacionar los recursos musicales de los que hacía gala con las historias y los personajes a los que tenía que “morriconizar”, léase añadir el comentario musical de rigor en el adecuado contexto histórico-social reflejado en el filme; que la película transcurría en el lejano Oeste (almeriense), pues Morricone hacía lo propio y, por medio de una caligrafía arcaica y primitiva, escribía una música tan ruda y poderosa como la de La muerte tenía un precio.

    El listado de películas que a continuación ofrecemos contiene (ordenadas cronológicamente) las bandas sonoras que a nuestro juicio bien podrían suponer las 25 más representativas del maestro Morricone, en cuanto definidoras de su personalísimo y siempre reconocible estilo:

Por un puñado de dólares (Sergio Leone, 1964)
La muerte tenía un precio (Sergio Leone, 1965)
El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966)
Pajaritos y pajarracos (Pier Paolo Pasolini, 1966)
Hasta que llegó su hora (Sergio Leone, 1968)
El clan de los sicilianos (Henri Verneuil, 1969)
Metello (Mauro Bolognini, 1969)
El gato de las nueve colas (Dario Argento, 1970)
La clase obrera va al paraíso (Elio Petri, 1971)
¿Quién la ha visto morir? (Aldo Lado, 1972)
Novecento (Bernardo Bertolucci, 1975)
El desierto de los tártaros (Valerio Zurlini, 1976)
Días del cielo (Terrence Malick, 1978)
La cosa (John Carpenter, 1982)
Érase una vez en América (Sergio Leone, 1984)
La Misión (Roland Joffé, 1986)
Los Intocables (Brian De Palma, 1987)
Frenético (Roman Polanski, 1988)
Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1989)
Bugsy (Barry Levinson, 1991)
En la línea de fuego (Wolfgang Petersen, 1993)
Pura formalidad (Giuseppe Tornatore, 1994)
Lolita (Adrian Lyne, 1997)
La leyenda del pianista en el océano (Giuseppe Tornatore, 1998)
Los odiosos ocho (Quentin Tarantino, 2015)

Etiquetas:cineJosé Antonio Bielsa Arbiol